El 5G es conversación de verano. La G, de generación, tiene su sistema, su velocidad, su tecnología y su frecuencia, y eso representan los números. Toda la tecnología anterior ha sido para el uso de internet móvil y la 5G es impulsada para las cosas con velocidad supersónica y miles de millones de dispositivos conectados a Internet. En los ochenta el 1G trajo la primera generación con comunicaciones de voz. La segunda generación de la red de comunicación móvil, 2G, aportó el roaming internacional facilitando ir conectados de un lugar a otro. El 2.5G, en el año 2000, llegó con información basada en la web de entretenimiento, SMS, juegos móviles y acceso a correo electrónico y videoconferencia. El 3G facilitó el mundo de los podcast, la banca virtual, chat, conferencias, televisión móvil, servicios de localización, telemedicina y buscapersonas. A inicios del 2010 llegó la red de comunicación móvil de cuarta generación con el vídeo y la primera realidad virtual y realidad aumentada. En la 4G, la que estamos disfrutando, es alta la velocidad, la calidad, la capacidad, la seguridad y los servicios de bajo coste facilitan voz y datos, multimedia e Internet a través de videoconferencia, computación en la nube y gestión múltiple de difusión y movimientos rápidos de teléfonos móviles. Y estamos en esa carrera de querer más, insaciables a reducir los tiempos de espera porque tenemos prisa sin saber muy bien porqué y para qué; pero lo queremos al instante.
Para los consumidores la tecnología 5G no implica sólo un Internet móvil más rápido sino y, sobre todo, una conectividad a Internet en muchos más objetos. Vehículos y hogares son ejemplos de la gran revolución internet de las cosas. Dispositivos y personas conectados en cualquier lugar y momento. Su aplicación hará que el mundo real sea una zona wifi. Un estudiante desde cualquier parte del mundo asistirá a clase y un médico atenderá a pacientes situados en zonas remotas. Investigadores y organizaciones podrán monitorear cualquier punto del globo, y con ello se habla hasta de reducir la tasa de criminalidad. Mirando al cielo podremos visualizar galaxias y planetas y también los desastres naturales. Los objetos conectados funcionarán durante meses o años sin necesidad de que el ser humano intervenga.
La quinta generación de tecnología de telefonía móvil tiene a las empresas desarrollando sus prototipos y está previsto su uso en 2020. En junio de 2019 Vodafone España empezó a distribuir 5G en las principales ciudades de España. El objetivo de Japón es lanzarlo para los Juegos Olímpicos de Verano 2020 en Tokio y los periodistas informarán en tiempo real, en alta definición e incluso 3D. Pero sobre todo debemos acostumbrarnos a la vigilancia permanente de las retransmisiones constantes en directo.
Los avances de la inteligencia artificial y de la mejora de las redes facilitaran más datos en bruto y por tanto tendrán que crearse más herramientas para analizarlos. Si la audiencia estará constantemente informada también crecerá la competencia para captar la atención de la audiencia. El enorme envío de datos y vídeos favorecerá sobre todo a diseñadores de juegos y muchos otros para los que la realidad virtual sigue siendo toda una experiencia.
Pilar Falcón