Ser gallego tiene tantos interrogantes como respuestas. Supone una manera de clasificar la realidad o, al menos, la forma galaica de hacerlo. Julio Camba decía que hay numerosas maneras de ser gallego y que el serlo por nacimiento es acaso la menos importante de todas. Desde hace años el Club de Periodistas gallegos en Madrid celebra la distinción ¨Gallego del año¨ como una manera de destacar trayectorias, valorar esfuerzos y dejar en evidencia sentimientos hacia Galicia. Se trata de una prerrogativa desde fuera de Galicia pero otros atesoran el mismo reconocimiento desde dentro.
El gallego del exterior pasea su pueblo y presume de él como Camba lo hizo de Vilanova de Arousa por España y por el extranjero. Era gallego cuando viajaba por el mundo y madrileño cuando miraba a Galicia. ¿Qué es ser gallego? La pregunta paraliza y precisa más de un requiebro si se busca perspectiva.
En Madrid los centros y asociaciones asentados en la Villa y Corte difunden lema de ser gallegos. Se han ganado el nombre de madrigallegos y lo portean como cuño de denominación de origen. Estas agrupaciones mantienen la producción incluso desfilando internacionalmente como la Asociación Albedro, Banda de Gaitas Lume de Biqueira o la ¨Escuela de música gallega A Píntega Marela¨. Ambos formando juventudes con pin parental de la Galicia que gusta oír; aunque no corra siempre sangre gallega.
Uno nace donde se encontraba su madre; aunque con aclaraciones porque ahí tenemos el caso del humorista Gila que llegó mientras su madre no estaba en casa; pero que estaba cerca parece demostrado.
Este jueves seis de febrero el Club de Periodistas Gallegos en Madrid entrega su distinción «Gallego del año 2019» a Anthony Carro, actual delegado de la NASA en España. Hombre nacido en Ortigueira que viajó a Estados Unidos con menos de veinte años y allí se formó y trabajó. Es distinguido por sobresalir en lo suyo y simbolizar al gallego que viaja a América como una opción de vida. Carro habla el idioma de Rosalía con acento Donald Trump y, lejos de los de dentro y los de fuera, emana sentimiento de la tierra, mima a los suyos y hace país, incluso cuando trabaja con planetas, asteroides o cometas.
El 28 de este mes se cumplen 58 años de la muerte de Julio Camba y es un buen motivo para recordar que ser gallego sobre todo es querer serlo fuera de perspectivas, de estereotipos o incluso de lengua. Pero el gran Julio nos deja en el tapete que se puede ser más gallego de lo que uno piensa a pesar de escribir poco sobre la tierra natal o mirarlo todo con las muletas de los estereotipos. Bienvenido Tony Carro, el Toño que busca en otros sistemas solares planetas de condiciones parecidas a la tierra, estudia misiones para el futuro sabiendo que nada es superfluo, une el saber del pasado, el conocer del presente y el descubrir del futuro. La y en su nombre es donaire del camino.
Pilar Falcón