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La gasolina ha vuelto a subir tras las elecciones, las temperaturas están en relación con las fechas y los vientos desentrañan alguna traición política, al tiempo que empezamos la vuelta al cole más cara. Hay mucho que pedalear. La Vuelta Ciclista a España nos pone delante lo exigente y desafiante que es la carrera que nos toca por terrenos montañosos, largas jornadas de pedaleo y condiciones climáticas variables. Los corredores necesitan esfuerzo físico y mental, nadie lo duda. La memoria no es necesaria y su ausencia ayuda a mirar adelante sin sentir lo pasado. La desmemoria, una vez más, contribuye a alcanzar los objetivos. Se presenta mucho pedal por delante.
Un deporte para todos que nació sin ser practicado y saboreado como tal. No sabías que lo hacías mientras explorabas nuevos lugares, tenías sentimiento de independencia y formabas parte de aventuras imaginarias.
La bicicleta nos enseñó a competir en la calle o en el parque. Era una actividad común para llegar a la meta. Horas sobre ella, riéndonos, divirtiéndonos sin preocupaciones y sin planteamientos acerca de pedaleo redondo o a pistón, y mucho menos ponerse a hablar de potencias, manillares especiales o materiales de aluminio o de carbono. Siempre era fiel compañera de aventuras. Cuando encontramos a alguien que no ha aprendido a montar en bicicleta algo se nos rompe. Aquel momento sin ruedas de apoyo está en la memoria colectiva; más aún cuando ni siquiera existió ese paso intermedio para moverse por cuenta propia. Lo más normal era aprovechar la bicicleta del hermano, siempre más alta y, por supuesto, con barra que obligaba al cuerpo a flexibilizarse sin pensar en normas ergonómicas. Nada si lo comparamos con ese afligido oficio de la Vuelta Ciclista a España, que como cada fin de verano nos pone delante el vehículo de la niñez, adolescencia y juventud marcando metas, por muchos traspiés que haya en el camino. A esta oferta hay que mirarla como escuela exigente y desafiante. Las jornadas de pedaleo por terrenos montañosos y condiciones climáticas variables son mapa de vida con sentido del sufrir y el disfrutar. Hoy la bicicleta se ha impuesto en las ciudades como el transporte ecológico para contrarrestar los problemas del tráfico urbano. El pasado la descartó en la ciudad con la llegada del coche y hoy se impone como solución de movilidad. Algunos se preguntan si son ciclistas o bicicleteros, y seguro que usted también.
Pilar Falcón