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Al Papa Francisco le llueven las súplicas. La segunda visita de Pedro Sánchez ha alertado a las mentes piadosas con fe en milagros que conviertan en buenas a personas con malas acciones. Han pasado 4 años y el prodigio no ha dado sentimiento de rechazo, renuncia o propósito de cambio. Las disposiciones morales no están en la agenda 2030 que tanto pregona La Moncloa española. Hay actos que desde el PSOE imploran escudo al líder tocado, y está tocado porque se le informaba de lo que pasaba, debía pasar o iba a pasar. Le tenían como el hombre X igual que cuando el 10 de enero de 1995, Julio Anguita, coordinador de IU, señalaba públicamente al presidente del Gobierno en la cúspide del organigrama del juez Baltasar Garzón sobre los GAL, y lo decía así: ¨Objetiva y políticamente, por acción u omisión consciente, González es el señor X¨. Desde el postsanchismo que se cuece hay otras plegarias que miran al hombre del Vaticano. Para ellos defender el liderazgo del presidente es un acto de fe que no impide ver el futuro.
Y conjuras hay que tienen vida en el Tribunal Constitucional, allí se dirigen oraciones al vicario de Cristo para que la intervención divina haga que no llegue la amnistía a esa casa que ha venido siendo ejemplo de defensa de las vulneraciones de la Carta Magna. En este sentido Carles Puigdemont se ve tan perjudicado que ha declarado que la vía con el gobierno está muerta. El plan de Pedro Sánchez parecía infalible convenciéndole para ser investido presidente del Gobierno, aprobando la ley de amnistía y gobernando cómodamente con el apoyo de Junts en una legislatura sin sobresaltos. Pero nada ha salido y el retraso en la ley de amnistía y la investidura de Salvador Illa como presidente de Cataluña han desbordado la paciencia de Puigdemont. El autoexiliado puede echar por tierra a Pedro Sánchez mientras los tribunales lo intentan con las nuevas revelaciones en las distintas investigaciones judiciales. Las aportadas desde la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) torpedean como guerra interna sin saber si finalmente descargarán en tormenta, lluvia fina o torrencial. El presidente Sánchez ocupó al enviado de Pedro con el conflicto de Oriente Próximo y con la crisis emigratoria canaria. Esos fueron los temas para los 35 minutos de audiencia porque muchos más se hubieran necesitado de tocar el alma en confesión. El último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sobre el caso Koldo ha apuntalado la implicación en la trama de José Luis Ábalos y ha probado nuevos indicios contra la presidenta del Congreso, Francina Armengol, y el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres. Los investigadores profundizan en episodios en los que habría intervenido directamente el propio Pedro Sánchez, como la visita de Delcy Rodríguez y el rescate bajo sospecha de Air Europa. Por la documentación de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil hemos sabido que aquella famosa escala técnica de la vicepresidenta de Venezuela en el aeropuerto de Barajas, y que tantas versiones supuso por parte del gobierno, más que una parada fue un ejemplo de desembarco aéreo al más puro estilo de luna llena y marea baja. Al caso Koldo se suman las investigaciones a la mujer del presidente, Begoña Gómez, y a su hermano, David Azagra, en juzgados de Madrid y Badajoz, respectivamente. La patrona de la Guardia Civil parece saber de milagros que pasan por investigar.
Pilar Falcón