Escuchar el artículo – En versión móvil hacer click sobre: Escuchar en el navegador
La Guardia Civil cumple 180 años. Aquella inseguridad en los caminos españoles ha dejado catapultados a personajes como El Tempranillo, o Juan Palomo, el de yo me lo guiso y yo me lo como; o Luis Candelas. Un trío de bandoleros, asesinos despiadados y ladrones desalmados, capaces de asaltar por mero afán de codicia personal sin rastro alguno de humanidad. Para ellos el enemigo era el tricornio, que, por cierto, no eran tres picos sino dos. Con aquel sombrero y el impecable uniforme los guardias civiles han velado por la protección de los ciudadanos y la defensa de la ley en todo el país. En los últimos años, la GC ha ampliado sus horizontes y se ha convertido en un actor clave en el mundo del entretenimiento, especialmente en la industria de la televisión y el cine. Ha demostrado ser más que una fuerza de seguridad, una fuente de inspiración y creatividad para esta industria que nos encierra más horas en casa pegados a las píldoras televisivas de series y películas con el trabajo de los agentes.
En este nuevo panorama, la Guardia Civil hace más que pinitos en el celuloide. Es actor de reserva y personaje extra con guionistas y productores. La Benemérita aporta su experiencia y conocimiento para crear tramas verosímiles y personajes creíbles, ejerce como libretista en la industria del entretenimiento. Algunos agentes han dado un paso más allá y se han convertido en guionistas de renombre. Tenemos series como «La Unidad”, o ¨Mar de plástico¨; ¨Hierro¨; ¨Ropa¨; ¨La caza¨; «La otra mirada» o «La víctima número 8». Y siempre ¨El crimen de Cuenca¨ de Pilar Miró. De la figura rígida del tricornio a las directrices para la ficción de personajes multifacéticos y complejos, capaces de mostrar aspectos humanos y emocionales de aquellos que fueron serenos de caminos y montes y hoy son avatar de actores.
Los guionistas han sabido encontrar el equilibrio entre mostrar la realidad de la labor policial y explorar la complejidad de los personajes, como «La casa de papel» o «Fariña», donde agentes de la GC se enfrentan a dilemas éticos añadiendo trama a sus actores en lugar de reflejarlos como figuras modelo de la gendarmería francesa o de su fundador el segundo duque de Ahumada. La fuerte disciplina, el sacrificio y el espíritu benemérito grabados han permitido al público empatizar con su servicio público.
La imagen del tricornio ya no es verdad, vive en el disimulo y la apariencia de series y películas. Este cambio ha permitido a la benemérita explorar nuevas facetas de su trabajo y compartir su experiencia con el gran público de una forma creativa en el mundo del Hollywood español. Muchas de las series más populares de la actualidad cuentan con asesores de la Guardia Civil para garantizar la veracidad de las tramas policiales. El trabajo de estos guionistas-guardias civiles ha sido fundamental para llevar a la pequeña y gran pantalla la realidad y el día a día de la labor policial en España. Gracias a su experiencia y su dedicación, las series de televisión consiguen transmitir de manera fiel la complejidad y la intensidad de su trabajo, acercando al espectador a los agentes en su lucha diaria por mantener la seguridad en nuestro país.
Sin duda, la colaboración entre la Guardia Civil y el mundo audiovisual seguirá dando frutos y emocionando a la audiencia durante muchos años más. Es ficción, pero tan real como saber agarrar o disparar un arma, patrullar un coche, detener una narcolancha o poner unos grilletes.
Pilar Falcón