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La España dividida vuelve, o se agudiza o digamos que continúa. No es sólo por la política, que hace tiempo que fracciona al país. Esta semana podemos hablar de una división resultado del sentimiento y, sobre todo, por recreo.
Ya sabemos que entretener el ánimo es parte de la Historia, de esa que ha quedado escrita sobre el pasado hablando de toros, circo, manejo de la espada, torneos, fútbol, radio…Los espectáculos de masas se desarrollaron después de la Guerra Civil; pero ya venían de la antigüedad.
Hoy la recreación se juega en el móvil y en la televisión, y esta segunda opción no sólo influye en los hábitos de consumo sino que cambia sentimientos y llama la atención de la Justicia. Recurrir a la pequeña pantalla para denunciar hechos que ya resolvieron los jueces es muestra de una realidad que tiene fallos. Algo más de lo mismo en una sociedad que usa los medios para mediatizar y no para mediar. Se amplifican los mensajes y España se divide: por un lado la hija de la tonadillera, por otro lado el guardia civil que ha conseguido la custodia de los hijos y que estos no vean a la madre. El gran altavoz de la tv española más populista ha ofrecido su escaparate a la madre después de 20 años atacándola mientras el marido era colaborador en el mismo medio.
Esta nueva sociedad del espectáculo ha puesto el testimonio como categoría de prueba del maltrato. La entrevista ha sido lo más visto del año reafirmando que las desgracias igualan y unen a los famosos con los vivientes más terrenales. Las vidas con vacíos dentro y fuera del plató toman partido por la cara o por la cruz de lo oído. La vida real y del espectáculo del enfrentamiento hacen partido. Somos un pueblo visceral y el coronavirus ha exacerbado diferencias ideológicas y afectivas que ya habían aumentado durante los últimos años. Hemos evolucionado en derechos y obligaciones y en 1995 el acoso sexual no era violencia machista.
Que la nueva sociedad sea representada televisivamente no debe hacernos olvidar que hay gente buena y mala, comportamientos dignos y amorales y personas que ejercen en uno u otro lado, sin descuidar las que escriben a dos caras para no desperdiciar el papel.
La comparecencia de Rocío Carrasco Jurado une a enemigos que en otras ocasiones fueron hermanos, o al revés. Lo propio sucede con las declaraciones del príncipe Harry y Meghan Markle abriendo la puerta hermética de la Corona Británica con manifestaciones de presiones de racismo, salud mental y dinámica de la propia institución monárquica. La primavera deshace parejas, altera la sangre, abre temporada de pesca fluvial y fumiga con drones.
Las formas de entretenimiento se han mantenido con el paso de las civilizaciones y ya no es diversión personal y buen humor. Se trata de audiencia y siguen las ejecuciones públicas a pesar de haber sido eliminadas de la plaza del pueblo. Son preferibles a las ocurridas a puerta cerrada. Presentan capacidad de disuasión y eso hace que circule el aire.
Pilar Falcón