Gripe – 11/10/24

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Las manos contaminadas hacen verdaderos destrozos. Gran parte de las infecciones más comunes, como resfriados, gripe, intoxicación alimentaria, hepatitis, parasitosis intestinales y muchas otras, está comprobado que son transmitidas por lo que almacenan. Arranca la campaña de la gripe y con ella una sensación de lo frágiles que somos. La famosa gripe española de 1918 fue una pandemia y no fue española porque respondió a una campaña que utilizó el apelativo por ocupar una mayor atención de la prensa en nuestro país que en el resto de Europa. Nos ha quedado el sambenito y se entiende porque España no estaba involucrada en la Primera Guerra Mundial y, por tanto, no se censuraba la información sobre la enfermedad facilitando datos de lo que iba ocurriendo. Una buena obra que es ejemplo de repercusiones negativas.

En estos momentos de principios de temporada vacunal la campaña se presenta con alerta entre los habitantes. Muchos de los sanitarios creen que no van a tener tanta concurrencia de ciudadanos por la sospecha que ha dejado la vacuna del Covid en la población. Algunos que les tocaría vacunarse por estar entre las recomendaciones del Ministerio de Sanidad no lo van a hacer y los que venían vacunándose de la gripe desde hace años se lo piensan, manifestando claramente que la del Covid no se la pondrán. Podríamos decir que se respira precaución y se confiesa desconfianza y recato ante la llamada al pinchazo otoñal para prevenir el invierno de infecciones respiratorias. Entre otras cosas el Covid-19 nos ha dejado eso, recelos e intranquilidad y el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas ya trabajan para concordar criterios que eviten que este año se repitan las imágenes de colapso en centros de salud y urgencias de hospitales, de hecho, la Comisión de Salud Pública prepara un documento unánime para afrontar la temporada.

Respiramos porque estamos vivos y la gripe nos lo viene a recordar. Al toser o estornudar infectamos a las personas próximas, y ahí empieza la cadena. Y no hace falta convencer a nadie. Sin discursos políticos, sin letanías, sin mensajes comerciales, con ninguna inversión y sin que se note tenemos el efecto de masas más popular y expansivo, que puede afectar a cualquier persona. Una maestría de la naturaleza para comunicarse a discreción y conseguir crecer. Esta campaña nos recuerda el Covid-19 y es evidente que se especula si la crisis del coronavirus habrá cambiado las creencias a largo plazo del electorado sobre temas como el rol del gobierno en la sociedad. Si miramos a la pandemia de 1918 tuvo un impacto significativo sobre el pensamiento político de la época en países europeos. Hay un estudio académico publicado en mayo pasado por el economista Kristian Blickle, afiliado a la oficina de Nueva York del banco central estadounidense [Federal Reserve] que viene a decirnos que la fortaleza relativa del régimen nazi en Alemania en la década de 1930 está correlacionada con el impacto que tuvo la pandemia de 1918. Según ese estudio, las zonas alemanas que tuvieron mayores muertes per cápita por la gripe española tendieron a votar más por partidos extremistas, como los nazis, en la década de 1930.

No se sabe cuál será el impacto de la crisis del coronavirus en la vida política y electoral. Los recuerdos sugieren que es difícil que un evento tan traumático no tenga un impacto significativo y duradero en la vida política de esta sociedad. La campaña contra la gripe abre la puerta al análisis.

Pilar Falcón

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