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El desarrollo de la inteligencia artificial (IA) aporta más humor, si cabe, a las ocurrencias que vivimos. Pone a hablar en inglés a la mismísima Lola Flores, al Fary, a Messi o a Chiquito de la Calzada en vídeos de personajes populares con sus propias voces y dobladas a la perfección. Un feo que se hace al prestigio español sobre el buen trabajo de profesionales que dan voz a otros. El dominio del inglés no mejora en España por mucho ok que se expanda por las redes sociales. Nos situamos a la cola de Europa con el mismo nivel que ostentábamos hace una década y la política gubernamental española da prioridades para acrecentar los idiomas de las comunidades históricas, el catalán, el euskera y el gallego.
Se quieren oír oficialmente, y con traductores, dentro del Congreso de los Diputados. No sabemos lo que opina el pueblo español sobre esta algarabía parlamentaria de la Cámara Baja. El éxito Babel está asegurado porque si no se entendían antes, ahora el hablar por hablar contribuye a más de una justificación tonal. Entretener supera al formar y si no que se lo digan al CIS, ese organismo que hace encuestas y que viene a desvelar que los españoles preferimos la tortilla de patatas con cebolla y poco hecha. Han sido interrogados durante el pasado mes de agosto y también hablaron de los platos más representativos de la gastronomía española. El primero la paella seguido de la tortilla y en tercer lugar el jamón ibérico. Nos vamos acostumbrando a las obviedades en la información diaria, a las simplezas y a las banalidades. Todo un sainete.
En el principio de los tiempos preocupó la incapacidad para comunicarse y la Historia ha visto que conlleva a la ausencia de respeto por el otro, violencia o guerra. Inicialmente se hablaba un único idioma y los supervivientes del Arca de Noé decidieron construir una torre por si venía otro diluvio. Babel en hebreo significa confundir, de hecho, según la leyenda bíblica, se mezclaron las lenguas. Se supone que la torre tenía 60 metros de alto y unas 400 mil toneladas de peso en adobe y ladrillo y con grandes terrazas por las que se subía hasta lo más alto. La realidad tras el mito parece indicar que en su construcción participaron pueblos del Mediterráneo y del Golfo Pérsico, de ahí la diversidad idiomática y por lo que Dios decidió crear distintas lenguas para que se vieran obligados a un entendimiento. Aquí estamos a punto de volver a las señales de humo. Y mientras tanto Tezanos en la cocina.
Pilar Falcón