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La corriente está de moda por lo que a la luz se refiere, y tiene sentido en ese contexto del gas y los intercambios con Rusia y con la guerra de Ucrania; pero otra corriente que no es alterna viene a acompañarnos este verano. Desde pequeños nos han repetido que no se debe nadar a contracorriente, lo que no nos enseñaron fue cómo hacerlo en caso de necesidad. Y aquí mi reciente conocimiento, que comparto por la experiencia vivida por un amigo.
Es sabido que ir a favor de la inercia del río hace conseguir velocidad al aprovechar al máximo la fuerza de las aguas; pero nadar a contracorriente supone ir por el interior de las curvas, allí donde se forman las zonas de sedimentación, para evitar la corriente. Encontrarse en el mar una corriente de resaca tiene lo suyo. Todo empieza en la dificultad que supone situar dónde está. Saberlo no es fácil porque varía y las apariencias engañan también aquí. Es en la corriente que reabsorbe el agua sacada por las olas de vuelta al mar donde está la corriente de resaca. Si miramos atentamente la zona, o zonas, allí donde no hay olas es por dónde vuelve el agua hacia el mar y por tanto, es la zona que debería evitarse para salir del agua, ya que estaremos en plena corriente. Si nos metemos sin habernos fijado al entrar y nos pilla mar adentro es necesario tener muy presente la importancia de dejar de nadar sin sentido hacia la playa. El momento pide hacerlo paralelo o en 45° dirección a la costa. Con esto tenemos la seguridad de dejar la dificultad y podremos alejarnos con las olas que nos servirán como ayuda para deslizarnos hacia la orilla.
En un apuro de escape de la resaca debe salirnos lo mejor de nosotros y por encima de cualquier cosa mucha seguridad personal. Y eso no deja de ser una valentía en momentos difíciles. Las recomendaciones vienen bien para estos momentos de baño veraniego y sirven también fuera del agua para valorar el día a día en aquellos que bracean pisando tierra firme en esta España hoy seca por la falta de lluvias y exceso de altas temperaturas.
De corriente continua a corriente alterna hay mucho de transformación.
Ir a contracorriente eleva la energía política, da intensidad a altos valores para buscar la fuente y recuerda que el universo es una composición de corrientes alternas. La tendencia que presentan las aguas deja ver el tiempo en el que se debe pescar y si de nadar se trata las dificultades son claras: la corriente, la hipotermia y no descartemos los tiburones, que haberlos haylos, se vean o no. No hace falta ser nadador de largas distancias como David Meca que desafiando a la historia sobre la imposibilidad de escapar de la cárcel de la isla californiana de Alcatraz nadó con grilletes y sin protección de neopreno durante una hora recorriendo los 6 km del trayecto. No hace falta pero entrenamos desde hace tiempo.
Pilar Falcón