Escuchar el artículo – En versión móvil hacer click sobre: Escuchar en el navegador
Los procesos de divorcio han aumentado con la pandemia. La voluntad de las partes por intentar convivir en época de confinamiento se ha manifestado en fracaso al levantarse el estado de alarma. Disolver la cohabitación es un trámite que legalmente acarrea la separación o el divorcio y, como se sabe, la separación sigue uniendo y no termina con el enlace, función ésta que se adjudica al divorcio, que divide y separa las partes con la misma energía que la empleada con la espada que empuñaron los contrayentes al cortar la tarta de boda.
El señor Reino Unido sabe de separación porque todavía no ha llegado a un acuerdo comercial con la señora Unión Europea. Al tiempo que se acerca el momento de abandonar definitivamente a la chica se remarcan los eurófilos en que la salida de Europa en pleno covid-19 supone una catástrofe económica que se estima en la pérdida de entre un 2,5% y un 5% del PIB, mayor que el impacto causado por la crisis sanitaria. Los actos finales no han sacado del atolladero los tratados sobre el acuerdo comercial y vuelven a rememorarse los tiempos felices pasados en estos 47 años de pasión UE-Reino Unido. Desde el 31 de enero de este año el acuerdo de retirada ha estado vigente y el período transitorio llega a su fin el 31 de diciembre. Las negociaciones siguen marcando las pautas de las partes, que se ponen a la altura de ejemplos personales como lo fueron los de Jeff Bezos, fundador de Amazon, uno de los divorcios más caros, igual que el de Rupert Mardock el magnate de comunicación o el de los actores Brad Pitt y Angelina Jolie. Negocios y amor unidos hasta las capitulaciones.
Las demandas de disolución matrimonial se habían reducido un 42,1% en el segundo trimestre de este año por las consecuencias de la pandemia en los tribunales y, sobre todo, por tener que compartir encerramiento; pero para rematar 2020 se podría resaltar la evidencia de que hay más divorcios que matrimonios.
Este año viral ha probado que la política es toxina, tanto o más, que el covid-19. El ejercicio político ha contaminado y ha impedido que a estas alturas tengamos respuesta sobre el origen del virus. Nos ha distanciado de la familia y hasta ha acabado con el amor y sus manifestaciones públicas de afecto; pero también ha puesto a prueba la convivencia obligada.
El divorcio express, que está actualmente en vigor no requiere separación judicial, ese año mínimo sin convivir y deja posibilidades de reconciliación. Lo recogía la ley de 1981, la ley de UCD. La actual, la que está en vigor es la Ley de Divorcio Express, aprobada en 2005 que requiere estar de acuerdo para tramitarlo. Todo nos lleva a enaltecer la celebracion de este domingo, que se cumplen 42 años de la Constitución Española y aunque desde el mismo gobierno hemos escuchado referencias de todo tipo a la Carta Magna no van a faltar instantáneas con caras perplejas ante tantos años de equilibrio nacional, de acuerdos, de progreso y de paz. No faltarán divorcios y separaciones para festejarlo.
Pilar Falcón