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Estemos donde estemos, de ocho días a ocho meses en órbita hay buena suma y un cambio drástico de plan. Supone el embarazo a término en la familia de las osas y en el ser humano y en la vaca es posible el nacimiento con éxito a falta de un mes antes de alcanzar los nueve naturales. Por mucho que le apasionara la misión a Sunita Williams y Barry Wilmore la novedad ha debido de sorprenderles porque no pasarán la navidad en familia. Salieron el 5 de junio para lo que debía ser una misión de una semana y un día en la Estación Espacial Internacional (EEI), y lo hicieron en una nave que los llevó pero que se confirma no les traerá por presentar problemas técnicos. Se trataba de la primera misión de este tipo de vuelo con personas a bordo y deja tocada a la empresa Boeing. En Estados Unidos el error suma, las empresas no rechazan a los emprendedores con proyectos frustrados, algo extendido en países como el nuestro. La experiencia es un grado en EE.UU.; pero ella cotiza al alza si además viene avalada por algún fracaso mientras se intentaba el éxito. El revés, la caída o decepción no es visto como tal, tiene dimensión y se entiende como logro dentro del aprendizaje.
La pareja de astronautas William-Wilmore sonreían en la foto oficial de cuando dejaron la tierra en junio, desprendían ese orgullo que da sentir que la vida te presenta como protagonista de algo. Él refleja aspecto fuerte enfundado en el traje espacial. Tiene 61 años. Me recuerda a esos pilotos de furgonetas y camiones gigantes que compiten en carreras de destrucción, y parece ponerse a la altura de su currículum que habla de expiloto de aviones de combate y que ya ha estado en el espacio dos veces. En tierra su currículum se une a la arena con la Operación Escudo del Desierto, 21 misiones de combate durante la Operación Tormenta del Desierto y la Operación Vigilancia del Sur sobre los cielos de Iraq, así como las misiones de Bosnia en apoyo de EE.UU. y los intereses de la OTAN. Wilmore es un soldado del cielo preparado para el espacio desde hace 24 años que fue seleccionado por la NASA.
Sunita acaba de cumplir 59 años, es hinduista de pasión en el ciclo de muerte y renacimiento. Su imagen prescribe paciencia y autocontrol, firmeza en la mirada y en fotos y videos se la ve con expresión feliz, como el que observamos en los novatos entusiasmados con lo que acaban de encomendarles. Hace olvidar que es la comandante de la expedición, ingeniera y atleta, que no le preocupa luchar con su largo pelo cuando se queda hacia arriba en el espacio y que contó con el récord femenino de estancia en el espacio en una única misión. Su sonrisa es la de los tocados por la suerte, en su caso retirada como capitana de helicópteros de combate de la Marina de Guerra y que cumplía servicio a bordo de un portaaviones cuando en 1998 fue elegida como astronauta. Son soldados preparados para luchar con la ingravidez: Poco trabajo al cuerpo y mucho a la mente. Un entorno donde se olvidan las cosas y las matemáticas son difíciles. La cabeza se hace más grande y la cara más redonda, la sangre es atraída hacia arriba, no como en la tierra por la gravedad, por eso gran parte va a la cabeza y se ve más roja por la presión en el cráneo, fuerza que hace empeorar la visión. Los olores y los sabores, se perciben poco. Los jugos gástricos se pegan en las paredes y están prohibidas las bebidas con gas. No se eructa y otros olores no hay problema porque la nariz se desentrena.
Pilar Falcón