A vueltas que andamos con el tiempo es aconsejable recordar que el clima nos hace ser lo que somos. Por tanto, estamos mudando en otra cosa. La cultura clásica recuerda que, incluidas las doctrinas médicas de Hipócrates, el clima, el suelo que pisamos y la topografía del entorno influyen en nuestro tipo físico y en el carácter moral. Hasta las leyes e instituciones son a entender según el medio geográfico. De hecho la teoría de los climas ha servido para explicar la diversidad física de los hombres, la distribución geográfica de las variedades humanas, las áreas climáticas han sido asimiladas a regiones o países y el clima ha definido el color de la piel, la existencia de unos animales u otros y la diversidad del alimento que marca nuestra naturaleza, estatura y fuerza. Y como somos seres sensibles el clima nos imprime el alma de la lluvia, del sol, de la niebla, de la luz y del color.
En la obra más notable del francés Montesquieu «El espíritu de las leyes» de 1748, se habla mucho de la influencia del clima para ser lo que somos; pero este tema que tanto está en la política debe unir aire, tierra y agua y al hacerlo se condicionan los campos de salud humana. Un elemento que nos diferencia a unos de otros según donde vivamos.
La cumbre del clima, a celebrar en Madrid del dos al trece de diciembre convierte la capital de España en capital mundial de la lucha contra el cambio climático teniendo como punto principal la acción humana. Van a ser unos doscientos miembros de la Convención Marco de las Naciones Unidas que se unirán a científicos, empresarios, representantes institucionales, instituciones no gubernamentales y gobiernos de todo el mundo. Se trata de la reunión número veinticinco de los países firmantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático.
Desde la primera reunión en Berlín en 1995 se ha ido pasando por Europa, América, África y Asia y visto las veces que llevan de reuniones no parece que estén haciendo bien su trabajo ya que estamos donde estamos. Esta cumbre del próximo mes dice ser especialmente trascendente ya que constituye el paso para activar el acuerdo de París, firmado en 2015 y concebido como el primer Pacto Mundial vinculante para defender el clima en la Tierra; un acuerdo que tiene que estar plenamente vigente en enero del próximo año. Esta es la primera vez que España organiza una cumbre del clima; aunque sí se realizó la del Tratado Antártico de la que salió el Protocolo de Madrid, que establece una moratoria sobre las actividades mineras en la Antártida.
España, aletargada en los últimos años y a la espera de todo, a pesar de las muchas horas de sol ha sido superada por China en el aprovechamiento de los avances en energías renovables gracias a las mejoras tecnológicas y la reducción del precio de las placas solares fotovoltaicas. China es el líder mundial indiscutible y también está en la cabeza de los países en los que cada año se ponen en marcha más instalaciones de energía solar. Estamos poco acordes con el potencial de las horas de sol, lo dice que tengamos por delante China, EEUU, Japón, Alemania, Italia e India. Es sólo un ejemplo ilustrativo que viene a demostrar que no aprovechamos lo que tenemos. Como el clima influye en el carácter el cambio puede ser positivo para dejar lastres en el camino.
Pilar Falcón
Brillante Pilar!!!
Artículo interesante sobre una cuestión que nos afecta a todos.
Me ha gustado mucho
El clima es importante y decisivo para perpetuar la vida en nuestro planeta, además de su influencia en lo físico y en el carácter moral. No cabe duda también, como señalas, de que la influencia del clima es decisiva para unir los tres elementos fundamentales para la vida (aire, tierra y agua), condicionando los campos para la salud humana.
Precisamente, casi tres siglos después del veredicto de Montesquieu (1748) «el clima sigue siendo un elemento que nos diferencia a unos de otros según dónde vivamos» y, ahí está la clave de la transformación del entorno en las diferentes zonas del planeta tierra. Para ello conviene tener en cuenta el proceso de cambio que en la civilización occidental ha sido profundamente modificado por el desarrollo de la máquina con su extensión a otras zonas del planeta, sobre todo en los últimos trescientos años.
En los años 30 no sólo se resumió por primera vez la historia técnica de los últimos mil años de la civilización occidental, sino que reveló el constante juego recíproco entre el medio social y las realizaciones más específicas del inventor, el industrial y el ingeniero. Esto ya nos sitúa en la base de los planteamientos primigenios que tendrán que discutirse en el Foro Mundial del Clima que se celebrará en Madrid los próximos 2-13 de diciembre. La capital de España será antes de las navidades capital mundial de la lucha contra el cambio climático. Se trata pues de lograr un pacto mundial vinculante para defender el clima de la Tierra.
Durante los últimos mil años la base material y las formas culturales de la civilización occidental han sido profundamente modificadas por el desarrollo de las máquinas: ¿Cómo ocurrió esto? ¿Dónde ocurrió? ¿Cuáles fueron los principales motivos que alentaron esta transformación radical del medio ambiente y la rutina de la vida? ¿Cuáles fueron lkos medios y los métodos? ¿Qué valores inesperados surgieron en el proceso? Estas son algunas preguntas que ya se planteaban en los años 30.
La máquina ya se vio acompañada por el dogma de las crecientes necesidades: la industria iba acompañada no sólo hacia la multiplicación de los bienes y el incremento de su variedad sino también hacia la multiplicación del deseo de muchos bienes. Pasamos entonces de una economía de la necesidad a una economía de la adquisición. Pero este cambio se verá acompañado también de un cambio cualitativo en interés: un cambio del interés mecánico hacia intereses vitales, psíquicos y sociales.
Por el contrario, bajo la superficie de la labor de los poetas, pintores, biólogos en un Goethe o un Whitman, Darwin, etc. ha habido un cambio continuo en la atención: cada vez más, la aventura y el esfuerzo estimulante residirán en lo vital más que en el aspecto ya en parte exhausto de la máquina. Se puede rematar ya que dicho medio vital modificará la incidencia de la máquina y alterará profundamente su posición relativa en todo el complejo del pensamiento y la actividad humana. Esperemos que todos estos alentadores procesos logren en el gran encuentro mundial sobre el clima una respuesta, al menos compartida y mayoritaria para avanzar en este paradigma que ya empieza a ser urgente.