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Hoy día, el mundo parece estar hecho en China; pero el halo del diseño sigue impregnado por Italia, como la relojería cuenta con el consenso mundial de Suiza, la alta tecnología de Japón o el mundo del espectáculo con la referencia a EE.UU. Italia, sin producir café, ha creado variedades y modificaciones, incluido el espresso considerado el auténtico café italiano. El café es parte integral de esa cultura. Es poesía y sirve de pretexto para invitar a alguien a salir, haciendo con ello un ejercicio de amistad. No hay sorpresa si pensamos que varias de las marcas de café más reconocidas han nacido en Italia. En España, a decir por los expertos, tomamos el peor café de Europa. El mundo es cafetero por naturaleza y España lo bebe después de la primera bebida, que es el agua. No acabamos de prepararlo bien y el consumo es sobre un mal producto. Para empezar, hay que molerlo en el momento. Galicia es mucho de café de vaso y a decir de los sabiondos, el recipiente puede echar por tierra cualquier elemento. Mantener la temperatura requiere taza y éstas deben colocarse cerca de la máquina para guardar el calor. Escucho que si el café es bueno no necesita azúcar y menos si lleva leche porque ésta aporta dulzor. Si tiene crema la espuma debe estar a flote y buen síntoma si queda en algún bigotillo. Quemar o no quemar es otra prueba. Lo ideal es tomarse el café recién servido, sin espera de la temperatura que lo enfríe, lo mejor el tacto para medir esa temperatura y si se quema malo.
Los italianos han unido al café la producción de cafeteras, muestra de lo que es saber ganarse al mundo considerando la mera oferta como un contrato válido. Envuelven y ponen lazo al paquete como bailarinas hawaianas al turista. Lo representaba muy bien el hombre que se ha ido al futuro con cirugía plástica y sabiduria botulínica de haber nacido para la popularidad y el éxito. No heredó nada y llegó a donde sabemos. La Italia de los últimos cuarenta años es Berlusconiana en tintes políticos, de negocios, de fútbol, de justicia y de cultura popular.
Ser cabeza de tantos cuerpos viste al país de luto nacional y deja sin liderazgo a una de las agrupaciones políticas que sostienen al gobierno conservador de Georgia Meloni, y a Putin sin un gran amigo. Era ejemplar nacionalista que tuvo visión de negocio desde el mismo momento que se doctoró en Derecho con una tesis sobre los aspectos jurídicos de la publicidad.
Avanti ese espresso Berlusconi.
Pilar Falcón